dissabte, 8 de setembre del 2012

Poema en prosa: Digues tan sols que m'estimes








Tanca els ulls. Comencen a caure fulls, com una dolça cançó llunyana de boscos, muntanyes i pluja, a l’interior dels teus records de tardor. Respira, si es que pots, com si l’instant d’ara fos tot un dia que es desfà tendrament de la teva pell fent una despulla de serenitat que desprès el mestral se l’endurà al cel de les possibilitats. Però això a ningú li importa, ni al nostre vent del sud. No diguis res. Et demano que sigues conscient tan sols de la llum i els colors que jo t’aniré pintant. No et puc donar la visió ni la màgia ni la pau ni l’alegria ni la felicitat, però et donaré en canvi uns records, uns materials d’or extrets de la memòria, que no són altra cosa que sensacions que no puc expressar d’una altra forma perquè són de l’eternitat i van cap a l’eternitat:

Cels rojos i negres amagant núvols dolços entre les muntanyes de l’ànima, una llum que per moments s’encenia i s’apagava amarant l’ànim d’esperança i de tenebres, un instant que era com tot un festival de colors daurats, i el silenci, sobretot el silenci. I la dolçor. I la melangia agafada en pinces a les teves costelles. I aquell riu que es gronxava a l’aigua fent oscil·lar la llum dels primers freds que venien del mar a l’última hora d’una tarda qualsevol d’un lloc del que sí que vull recordant-me’n.

Ara ja pots obrir els ulls. Digues tan sols que m’estimes, encara que sigui veritat.


3 comentaris:

  1. Así que estás enamorado (collons!); porque si no es así y te dedicas a escribir sobre “cels rojos i negres amagant núbols dolços entre les muntanyes de l’ànima” la cosa empezaría a ser preocupante.
    Caro Alonso:
    Por razones que ahora no vienen al caso, hay dos películas —dos clásicos, a juzgar por su fecha de estreno— que han constituido los extremos de un eje para entender las relaciones entre hombres y mujeres. Una es “El hombre tranquilo” (John Ford, 1952); la otra, “Johnny Guitar” (Nicholas Ray, 1954), que es la que nos interesa.
    Las tenía un poco olvidadas. Hasta ahora mismo cuando, leyendo el final de tu post, encuentro “Digues tan sols que m’estimes, encara que sigui veritat”.
    Maldita sea, Alonso; ¿cómo puede decirse intrínsecamente lo mismo con una frase que en apariencia significa lo contrario?
    Recuerda: Johnny Logan y Vienna están en la cocina del Saloon. El gran pistolero le tiene un miedo cerval a sus sentimientos, así que le suplica: “Miénteme, dime que todavía me quieres”, y ella, totalmente seria, casi a punto de llorar viendo tamaña estupidez en el hombre que aún ama, le contesta: “todavía te quiero”. El diálogo sigue, pero no tengo ganas de repetirlo. De fondo suena la banda sonora, magnífica y suave. Se avecina una tormenta emocional de órdago desde ese momento hasta el final, feliz, de la película.
    Y ahora tú. Y ahora tú, Alonso. Hay cosas que no cambiarán nunca.
    Fernando

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  2. jajajaja, qué bueno el comentario que me has puesto, me encanta y, cómo no, tomo referencia de las dos obras cinematográficas que me has citado, que por cierto no he visto.
    Pues hombre, la verdad es que mi modos operandi cuando hago poesías y microrrelatos es, simplemente, dejándome llevar en función del estado de ánimo, de las sensaciones del momento, intentando en todo momento rehuir de todas aquellas palabras y expresiones trilladas, estereotipadas y cursis, que a veces no es nada fácil. Y, sí, dejando rienda suelta a mi esencia o parte femenina en expresiones como núbols dolços entre les muntanyes de l'ànima... Bien, pongamos las cosas en su sitio, también tengo una parte yang creo que bastante bien desarrollada y que me sale en otro tipo de eventos y situaciones... jejejeje
    pd.- tu ex alumno no está enamorado, y por el momento ni falta que le hace (no quiero parecer despreciativo en mi comentario, pero es que creo que es así)
    Y, por último, gracias por tus palabras, y ya sabes que todos tus comentarios son extraordinariamente bien recibidos y escuchados como se merecen.
    Un abrazo, maestro !!!

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  3. Ah, la frase del final: digues que m'estimes encara que sigui veritat, es el final invertido de una obra literaria de Montserrat Roig. Claro, el título és digues que m'estimes encara que sigui mentida... la verdad es que no tengo ni puñetera idea de por qué me salió en ese momento esa frase y no otra!!!! Pero ahí está la magia de la escritura, uno concibe unas letras atribuyendo cierto sentido y significado (o quizás ni eso, simplemente salen) y otra gente las interpreta en función de sus variables particulares, que no tienen nada que ver con la intención o la atmósfera a través de las cuales fueron concebidas por su autor...
    Bien, pues entonces podríamos resumirlo, expresado en terminología futbolística, en:
    ALONSO 1
    FERNANDO 0
    Jajajaja.....

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